dimanche 10 mai 2009
Si no sabés que hacer, y tenés el tiempo contado para resolver un problema, lo único que queda es olvidarse de todo. Hacer algo que te distraiga, como ver una película, y cuando llegué el momento, resolverlo. Si no, te amargás el resto del tiempo que falta pensando una solución que, al fin y al cabo, nunca se te va a ocurrir. No siempre podés ir a llorar a tu mamá, porque, a veces, es ella la que te da los problemas. O simplemente, es que no te quiere ayudar. Porque si quisiera, lo haría. Y vos podrías seguir jugando con muñecas y Ponys. Pero hay que crecer.La pura (y cruda) realidad.
Libellés : Cronicas de una mente inspirada
0 El que pierde sentido de la orientación que compre una brújula y se la meta en el orto-